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Todos sabemos que una relación en pareja es realmente compleja. Sí, la mayoría de nosotros queremos convivir con otra persona y que esté a nuestro lado, en cualquier situación. Para lo bueno y para lo malo, como se diría en las bodas.

No en vano, una buena relación en pareja nos puede aportar una gran felicidad y puede suponer un gran apoyo para nuestro desarrollo vital. De eso, no cabe duda. Por eso, cuando nos planteamos muchas dudas ante el funcionamiento de la relación, no sabemos muy bien cómo actuar.

Puede que estas dudas sean pasajeras o puede que no. En algunos casos, puede que creas que tu relación funciona a la perfección, cuando la perspectiva de la otra persona es totalmente distinta. O puede que sea al revés. Pensar en poner fin o no a una relación es francamente difícil.

De hecho, es una de las decisiones más difíciles que puedes tomar, sobre todo en relaciones que han sido muy duraderas y en las que hay mucho en común, desde vivir juntos y compartir los gastos de un hogar a tener hijos.

Falta de Comunicación, la principal razón de que una pareja no funcione

Paradójicamente, muchas personas en pareja se sienten tremendamente solas, a pesar de vivir bajo el mismo techo. Eso se debe, fundamentalmente, a la falta de comunicación entre la pareja y es un claro síntoma del distanciamiento entre ambos.

Así, ya sea por el aislamiento, en uno mismo, de manera voluntaria e involuntaria, o por falta de capacidad, la comunicación es vital para expresar nuestros sentimientos hacia la otra persona: qué es lo que nos preocupa y así buscar una solución.

Más aún, es el pilar fundamental sobre el que se tiene que sustentar toda relación y la herramienta imprescindible para llegar a buen puerto, ya sea para retomar la relación, por el buen camino, o por finalizarla, en buenos términos.

Señales del mal funcionamiento de una relación en pareja

Por eso, desde Centro Vitae os queremos señalar algunos de los motivos o señales que puedan hacernos ver que tenemos un serio problema en nuestra relación de pareja. Por supuesto, esto no significa que, si detectas estas señales, haya que poner fin a la relación.

Puede que se pueda salvar, si se trabaja de forma conjunta y se adoptan cambios que vuelvan a afianzar la relación. La mejor manera de saberlo es realizando una terapia de pareja, tomada de forma individual, como por los dos.

Recuerda que, en este tipo de relaciones, “la culpa” suele estar repartida. En Vitae, contamos con una amplia experiencia en terapias de pareja, ¡consúltanos!

Continuas discusiones

Convivir implica muchos aspectos positivos y también negativos, obviamente. Uno de los aspectos más negativos está en las discusiones y son más que habituales en pareja. Es algo normal. Es más, es prácticamente imposible no discutir nada con la persona con la que convives.

Ahora bien, lo que no es habitual es discutir continuamente y que la única manera de comunicarse es discutiendo. Evidentemente, cada pareja es un mundo, pero las continuas discusiones y, por motivos de poca importancia, suelen ser un síntoma del mal funcionamiento de la relación.

Conciliación doméstica y laboral

Una de las ventajas de tener una relación sana en pareja es el apoyo y, parte de este apoyo se cimenta sobre el reparto de responsabilidades. Una de las señales que pueden indicar que no va bien la relación es cuando percibes o te das cuenta de que la mayor carga de la relación y de todo lo que conlleva la llevas tú y no la otra persona.

Por ejemplo, ser la persona que está pendiente de todas las tareas domésticas o que se preocupa de todos los aspectos relativos a la pareja, como pueda ser la economía del hogar, terminan por deteriorar la pareja, de una forma u otra.

Pérdida de identidad personal

Muy relacionado con lo anterior, otra de las señales que denotan el deterioro de una relación corresponde a la pérdida de la identidad personal. En este sentido, puede que llegue un momento en el que te sientas que ya no gozas de tu propio desarrollo personal o que no tienes tiempo para sentirte bien, haciendo algo que simplemente te gusta.

La pérdida de independencia hace que, irremediablemente, te sientas apegado a lo que hace la otra persona y a sus gustos, sin importar los tuyos, lo que puede provocar también el descenso de autoestima. El problema es mayor cuando, llegado el punto, piensas que “el haber dejado de ser uno mismo” no ha servido para ser más feliz, ¡sino todo lo contrario!

Vida sexual poco activa

La relación en pareja se basa también en confianza e intimidad sexual. Sí, es lo más normal que estos momentos de intimidad sexual decrezca con el paso del tiempo, una vez pasada la fase de enamoramiento. Puede que incluso las relaciones sexuales con tu pareja sean menos satisfactorias.

Efectivamente, la llama se ha podido reducir, ¡pero nunca se debería de apagar! En este sentido, más que pensar en la frecuencia con la que mantienes relaciones sexuales y si aumentan o no para saber si estás en sintonía con tu pareja, lo mejor es ver si mantenéis el mismo cariño y contacto físico, aunque no finalice con un acto de índole sexual. En este punto último, el problema sí podría ser mayor.

Sentimiento de menosprecio e infravaloración

De forma voluntaria o involuntaria, en una relación de pareja se establece una lucha de egos. Sucede a la hora de repartir las tareas y de cómo hacerlas, así de otras cuestiones, a veces planteadas por la propia pareja como una especie de juego.

El problema de ello es que puede que sientas que no cumples las expectativas y te culpabilizas por ello. De la misma manera, si la otra persona continuamente te señala las cosas que haces mal, lo que termina sucediendo es que tiene sientes culpable por cualquier hecho. Obviamente, aquí tenemos un nuevo síntoma de que la relación en pareja no funciona, puesto que se reduce la autoestima de uno de ellos.

Como puedes ver, hay muchas señales para poder ver que una relación en pareja no funciona, ¡pero no tiene porque suponer el fin de la misma! Recuerda que, para verlo desde una perspectiva más amplia y, con el objetivo de tomar la mejor decisión, una terapia en pareja puede suponer la solución a este grave dilema.

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